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lunes, 28 de marzo de 2011

EL VINO, ¿LA PRÓXIMA PROHIBICIÓN DEL ZETAPERISMO?. Asunción, Tinto, Azul, senadores pusilánimes y croquetas de Casa Labra.



Asegura la copla que “el vino que tiene Asunción, ni es blanco ni tinto ni tiene color”. Pero me temo que en los últimos tiempos el vino va a ser azul. Y me explicaré:
Al parecer en esta piel ibérica y descamaciones insulares (en una de las cuales habito), no podemos vivir sin una “Santa” Inquisición.
Primero fue la Iglesia, y sus Dominicos. Tradicionalmente “la gente de orden”, el establishment de las formas y la moral oficial (un orden Victoriano y de índole represora) estaba situado en la derecha política, la burguesía y la aristocracia residual; pero de un tiempo a esta parte, parece que la izquierda, encarnada en el PSOE, se ha constituido en la dama de las antiparras y las tijeras, el inspector de bragas, el censor Don Zacarías, el párroco con la toquilla y toda la panoplia de ogros que creíamos felizmente destinados al polvo del desván de las polillas.

No me hagan ser exhaustivo: Desde el intento de prohibir el icono del Toro de Osborne (no se si tanto por alcohólico como por “español”) por parte del sombrío Borell,que dios conserve en el olvido; el acoso al vino por parte de la asténica Salgado, hasta la última y reciente ocurrencia del Senador por Castellón, Juan Bautista Cardona, declarando que el zumo de uva es una droga legal como el tabaco… me hacen preguntarme ¿qué les pasa a los socialistas de hoy?. ¿Qué tiene el Zetaperismo con los pocos placeres mundanos y asequibles que le quedan al sufrido contribuyente.
Se acabó lo de tomarse la cañita con un compañero/compañera de trabajo para sacudirse el estress, porque si cojes el coche “ya das” en el alcoholímetro.
Se terminaron esas cenitas de una botella de Riberita y ¿pedimos otra?...porque ya…el aparatito le explotaría al Benemérito en la cara. Se acabó el pitillito con el cafetito.
Está claro que ahora le tocará al vino, luego al café, y pronto a los placeres de la carne ( la de vacuno y la que tenemos registrada como santo o santa en nuestro tálamos del hogar).
Cuando llegó Felipe, se montó su “Bodeguila” como templo de placer y cultura. Ahora dudamos si se construyó también allí el Mecano del Gal, o a saber.

Cuando el advenimiento del Logotipo ZP, una de sus primeras medidas fue la legalización del matrimonio homosexual. Una aparente muestra de una época de identidad y de aire liberal; una época de vino y rosas…
Pero nada de eso. El aire fresco, devino en corriente gélida: Las cejas circunflejas se hicieron siniestras. El lacayo Montilla reconvertido en Rey Sol con barretina consiguió prohibir los turistas descamisados, las estatuas, los pajaritos, las muñecas flamencas como souvenirs, y finalmente los toros. Del castellano no hablaré porque es un tema mucho más serio.
Ahora quiero referirme al lenguaje de los símbolos, a lo que comunican todas esas “pequeñas” medidas, que para mi sólo tienen una denominación: IN-TO-LER-RAN-CIA. Amen de mojigatería, paletismo, e incomprensible retroceso de las libertades individuales y vuelta a la injerencia del estado en el ámbito más privado.
El PSOE está recorriendo un asombrosos camino. De la apertura de la transición, a las Ursulinas y a los Senadores abstemios y meapilas.

Resulta curioso que el garante de los vicios privados ¿virtudes públicas?, sea ahora el centro-derecha.
Ahora al vino no le defienden los poetas anarquistas, febriles tabernarios bebedores de bordeaux, absenta y otros alcoholes inspiradores de poemas incendiarios.
Ahora al civilizado líquido con D.O, DNI, y pasaporte internacional, sólo le defiende la Gaviota de los partidos de centro y derecha.
¿Con qué se bajaría ahora, por el gaznate, las croquetas de Casa Labra, Don Pablo Iglesias?.

Jaime Roig de Diego

miércoles, 9 de marzo de 2011

Dentaduras, absurdo y hospitales


El periodista Pedro Prieto, en su columna de www.clicnoticies.com, comenta el extraño caso de una dentadura perdida en el Hospital Mallorquín de Son Espases. Walter su propietario, exige que den con ella. Es de las pocas cosas que le quedan.

Esa “noticia nimia” parece salida de un relato de J.J. Millás, y nos lleva a Borges, Arrabal, Cesar Aira…Eso que parece lo que los periodistas en Francia llaman “Chien ecrasé”: "perro aplastado" (refiriéndose a las pequeñas notas, ni-noticias, escondidas en los rincones de un diario), resulta una tragedia para su “propietario”. Déjenme aportar mi pequeño comentario:

Decía Hesiodo que "el hombre es un animal que come pan".
pero como todos los bípedos mas o menos evolucionados sabemos, el pan es algo duro de roer. Hay batallas libradas entre el pan y el instrumento multiuso (la dentadura) que poseemos (cortar, desgarrar, masticar y predigerir); luchas digo, perdidas contra ese invento primitivo y símbolo de matahambres. Yo mismo, perdí una muela en el combate contra un delicioso pero combativo pan de centeno alemán.
No se si Walter y su dentadura de atrezzo se las apañaba con los cereales sólidos o si esa dentadura le servía sólo para sonreir.
Despojado de las piezas dentales, la boca se convierte en Un conjunto de pliegues e ingles. Una ruina. “El grito” de Munch enmudecido.
Como si a la catedral de Palma le quitamos, los contrafuertes, los arbotantes, las torres e incluso las gárgolas, los vitrales y el rosetón.
La boca sin dentadura reduce al hombre a la categoría de lactante. Un ser desnudo. La boca ya no es la zona más expresiva del rostro, la que denota las emociones (nos tapamos la boca para disimular).
El hombre sin dientes pasa a tener un orifico, tal que si tuviera otro ano. Una impudicia, un horror.
El absurdo queda muy bien en la literatura, pero la sanidad pública es otra cosa.
¡Encuentren una dentadura a ese hombre, por favor!.